viernes, 11 de noviembre de 2016

BARILOCHE. "LA NO POSTAL".

Barrios populares y diferenciación interna de la ciudad
El complejo mosaico urbano barilochense permite distinguir varias "ciudades" dentro de la misma localidad. Una primera división frecuente coincide con la idea instalada en la ciudad de las "dos caras de Bariloche", una que mira el lago y goza de mejores condiciones socioeconómicas y ambientales, íntimamente vinculada con la actividad turística y otra que da la espalda al lago en un paisaje de estepa, con población que vive en condiciones muy desfavorables, y en algunos casos de extrema marginalidad.
Otra propuesta diferencia: "la ciudad turística, la ciudad céntrica comercial permanente, la ciudad de los barrios y la ciudad de la marginalidad" (Fulco, 1993). Siguiendo esta propuesta, ha sido en la "ciudad de la marginalidad" donde el crecimiento fue intenso especialmente hacia fines de los años setenta y durante la década del ochenta. Este crecimiento de la ciudad hacia los sectores Sur y Sudeste presentó características específicas.
La expansión urbana hacia sectores periféricos de la ciudad se caracterizó por distintos procesos en los cuales la presencia estatal tuvo distintos grados de intervención. Agüero (2007:26) propone distintas matrices de conformación de barrios populares:
* Barrios populares tradicionales: conformados desde 1950 en las entonces periferias de la ciudad. Se sienten herederos de la identidad popular barilochense. Estos se encuentran ubicados a poca distancia del área central de la ciudad y poseen buenas condiciones de infraestructura y servicios básicos. Como ejemplos de estos barrios podemos citar los barrios Lera y Las Quintas. Este grupo coincide con la "ciudad de los barrios" propuesta por Fulco.
* Conformaciones barriales en edificios y monoblocks: se trata de los barrios construidos por el Instituto de Promoción y Planificación de la Vivienda Río Negro y por programas nacionales de vivienda. Según Agüero en estos barrios residen "familias transplantadas aisladamente de diversos lugares y que no logran aún una integración e inserción real, que tendrían una identidad en gestación conflictiva y contradictoria (1970-1990)". Como ejemplo de este caso encontramos barrios como Ada María Elflein o Boris Furman.
* Barrios marginales: barrios de conformación más reciente con "una historia signada por la exclusión, violencia, desocupación, falta de atención de la salud" (Agüero, 2007:26). Como ejemplo mencionamos el barrio Malvinas.
Del análisis de ordenanzas, archivos históricos y de los mismos relatos de vecinos e informantes clave se puede plantear otra manera de distinguir los procesos de conformación de barrios populares:
* Barrios impulsados desde el ámbito privado: los fraccionamientos producidos durante las décadas del Ž40 y Ž50 generaron la creación de nuevos loteos muy alejados de la mancha compacta de ese entonces. En muchos casos dichos loteos fueron adquiridos por empresas como Compañía Cantegrill S.A. y Compañía Lagos del Sur S. A. durante los años sesenta donde el turismo creció intensamente (Suárez, 1977:165). Hacia fines de los setenta y principios de los ochenta varios de estos loteos, aún sin servicios básicos, comenzaron a ser vendidos y la población accedió a los terrenos mediante la compra directa o mediante financiación de los mismos. Por ejemplo el barrio El Frutillar
* Barrios conformados mediante una política de erradicación forzada: este proceso se ha desarrollado principalmente en dos periodos: uno hacia fines de los años setenta y otro en democracia entre 1989 y 1994. Esta relocalización se produjo desde ocupaciones de terrenos fiscales o privados, muchos de ellos cercanos al centro, hacia sectores periféricos de escasa o nula infraestructura. Como ejemplos podemos citar el barrio Arrayanes (para el primer período) y los barrios Unión y 2 de Abril para el segundo. Este tipo de barrios cargan con un fuerte estigma en el contexto urbano de la ciudad. Esta imagen negativa no se vincula ni directa ni excluyentemente con una clase social determinada. Al estudiar las tensiones generadas en la población ante una posibilidad de relocalización se ha destacado que "más que una posibilidad de ser propietarios, esta alternativa era vista como un castigo, como una cuestión punitiva" (Caram y Perez, 2004)
* Ocupaciones de terrenos: se trata de ocupaciones irregulares, también conocidas como "tomas".Se han realizado con mayor o menor grado de organización en varios sectores de la ciudad a lo largo del tiempo. Se dieron en muchos casos en terrenos en litigio por sucesión familiar, propiedades cuyos dueños no vivían en la localidad y en tierras cuya jurisdicción disputaban el municipio y la provincia. Para el caso de las ocupaciones más antiguas, esta situación se prolongó durante los años sesenta, en los setenta las distintas autoridades (dictaduras incluidas) "toleraron las diversas organizaciones de los asentamientos... conscientes de su impotencia e incapacidad para resolver el tema de fondo" (Fuentes, 2007: 92). Con el comienzo de la democracia la solución se restringió a intentar frenas las presiones de los intereses inmobiliarios y judiciales y a demorar las órdenes de desalojo. En algunos casos se llegó a regularizar la situación mediante un largo y engorroso proceso por el cual el estado municipal declara estos sectores de interés social. Para lograr esto, en algunos casos el municipio ha comprado los terrenos a privados o ha gestionado el traspaso de tierras desde provincia o nación y regulariza la situación de tenencia de los vecinos permitiéndoles acceder a la propiedad mediante el pago de cuotas.
Cabe aclarar que las matrices propuestas y las modalidades no se consideran como mutuamente excluyentes ya que algunos barrios han atravesado más de una de ellas a los largo de su historia. Dentro de estos sectores populares se asentaron los migrantes chilenos conformando barrios que, aún compartiendo características con el resto del sector, han manifestado particularidades, muchas de ellas íntimamente relacionadas con los modos de territorialización del grupo y la percepción que sobre éste tiene la sociedad receptora.

viernes, 28 de octubre de 2016

NEOLIBERALISMO Y DESARROLLO GEOGRÁFICO DESIGUAL

David Harvey. Neoliberalismo y desarrollo geográfico desigual from Servicio Audiovisual UNIA on Vimeo.

POSTMETRÓPOLIS. ED.SOJA





El llamado desarrollo postfordista del espacio continúa promoviendo la segregación social y espacial y el crecimiento del espacio privado. La definición de archipiélago carcelario que Soja utiliza para Los Ángeles definiría entonces el tipo de entorno en el que se está convirtiendo la ciudad: una multitud de espacios privados y vigilados interconectados por autopistas y carreteras. Cabría preguntarse si las ciudades europeas no están sufriendo el mismo proceso de "fortificación".

La suburbanización continúa creciendo desbocadamente. Este proceso, que se da también en otras muchas grandes metrópolis del mundo (con casos alarmantes como los de Buenos Aires, Ciudad de México, Lagos o Rio de Janeiro), alerta sobre la necesidad de planes de desarrollo regional y gestión del territorio, como afirma Allen J. Scott. También son imprescindibles planes más efectivamente respetuosos con el medio ambiente. La calificación que otorga Mike Davis a Los Ángeles, ciudad caníbal, resulta muy significativa. La destrucción del entorno natural de las ciudades, el abuso de los recursos o la contaminación medioambiental son problemas que llevan décadas pasando factura a las sociedades desarrolladas y subdesarrolladas. Sin embargo, las cumbres sobre medio ambiente, como la de Kioto o Johannesburgo, no pasan, en la mayoría de los casos de ser una declaración de buenas intenciones. ¿Hasta cuándo? 

RIOL CARVAJAL, E. Soja, Edward W. Postmetropolis. Critical Studies of cities and regions.  Biblio 3W, Revista  Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad  de Barcelona, Vol. VIII, nº 431,  28 de febrero  de 2003   ver artículo aquí